Emprender Para Mejorar La Vida De Los Demás

Erika Beatriz González Correa ha creado Therapy Dec un negocio que nace de un propósito personal y de una meta profesional: ayudar a que las personas mejoren su la calidad de vida mediante la rehabilitación y recuperación física. “Cuando estudié “Fisioterapia y Terapia Ocupacional” ya sabía que realizaría un trabajo de servicio, y ahora tengo el compromiso de dejar en cada cliente “mi granito de arena, esta vez, en Lima”. Desde el primer momento Érika supo que si bien tendría que superar algunos retos iniciales, como conseguir que sus clientes confiaran en su saber y experiencia, en momentos en que la migración en masa de venezolanos aumentaba a pasos agigantados, debería seguir trabajando interiormente para afrontar el miedo al rechazo, que seguiría estando allí, aunque las cosas salieran bien.

Fue una colega peruana quien, sin que Érika lo buscara, la ayudó a darse a conocer, mostrar su formación y demostrar que sabía aliviar el dolor y a rehabilitar. Desde ese momento su empresa se especializó en Adultos Mayores, aunque la pandemia y el confinamiento total, la obligó a asumir la deserción de muchos de sus clientes, que ya no podrían buscar servicios ante el riesgo de contagios.

“Con esa visión de mi presión, recuerdo que una y otra vez no paraba de pensar mujer, venezolana en Perúafrontando como todos una pandemia  con  confinamiento, la única  opción que me quedaba era pensar y reflexionar sobre qué capacidades tenía interiormente para encontrar una salida.”

Nos cuenta que no tardó en darse cuenta que necesitaba bajar el ruido de su mente y llevar las amenazas a cero, así comenzó a poner en práctica nuevos recursos, métodos y estrategias para desaprender todo aquello que sentía que la limitaba. “Decidí reinventarme”, nos cuenta. “En pocas palabras, sentí que la única opción que tenía era vender pañuelos para la gente que lloraba, en lugar de sentarme yo a llorar”.

En ese preciso momento relata que recibió uno de los mejores regalos de su vida: una invitación para participar en el programa de la OIM de fortalecimiento empresarial para Migrantes. “¿Quién lo pensaría? En un país extranjero que se diera apoyo a quienes veníamos de otro lugar…” Para la fisioterapeuta no sólo fueron los conocimientos gerenciales que aprendió sino que para ella y su emprendimiento lo que dejó una gran huella fue el reconocimiento ante sí misma de sus valores, capacidades y cómo fortalecer su visión de cuidado hacia otros seres humanos a través de las mentorías.

Lo que OIM me estaba proporcionando  fue  mucho más que sacar cuentas u organizar. “Gané en fortaleza y valoración personal en un momento muy complicado para mi ”, nos dice, “pero  lo más importante, es que gracias a ello logré cada día  ser mejor empresaria, madre, hija, esposa,  y mejor persona para brindar a cada uno de mis clientes lo mejor que tengo”.  Y continúa: “las mentorías  me aportaron  tantas herramientas valiosas que parecían especialmente hechas para mí,  y esto siento que me hizo mejor persona, y  con cada cliente me propongo esforzarme al máximo para que  puedan sentir  que tomaron la mejor decisión al escogerme como su terapeuta. Sé que  no sólo los ayudo a recuperar una lesión sino que también  busco  ayudarlos desde lo humano, como la vida me ayudó a mi desde que llegué a este maravilloso país”.  

Hoy Therapy Dec sigue creciendo no solo en clientes sino generando puestos de trabajo para que más personas mejoren  su calidad de vida. 

Emprender Para Mejorar La Vida De Los Demás

Erika Beatriz González Correa ha creado Therapy Dec un negocio que nace de un propósito personal y de una meta profesional: ayudar a que las personas mejoren su la calidad de vida mediante la rehabilitación y recuperación física. “Cuando estudié “Fisioterapia y Terapia Ocupacional” ya sabía que realizaría un trabajo de servicio, y ahora tengo el compromiso de dejar en cada cliente “mi granito de arena, esta vez, en Lima”. Desde el primer momento Érika supo que si bien tendría que superar algunos retos iniciales, como conseguir que sus clientes confiaran en su saber y experiencia, en momentos en que la migración en masa de venezolanos aumentaba a pasos agigantados, debería seguir trabajando interiormente para afrontar el miedo al rechazo, que seguiría estando allí, aunque las cosas salieran bien.

Fue una colega peruana quien, sin que Érika lo buscara, la ayudó a darse a conocer, mostrar su formación y demostrar que sabía aliviar el dolor y a rehabilitar. Desde ese momento su empresa se especializó en Adultos Mayores, aunque la pandemia y el confinamiento total, la obligó a asumir la deserción de muchos de sus clientes, que ya no podrían buscar servicios ante el riesgo de contagios.

“Con esa visión de mi presión, recuerdo que una y otra vez no paraba de pensar: mujer, venezolana en Perúafrontando como todos una pandemua con  confinamiento, la única  opción que me quedaba era pensar y reflexionar sobre qué capacidades tenía interiormente para encontrar una salida.”

Nos cuenta que no tardó en darse cuenta que necesitaba bajar el ruido de su mente y llevar las amenazas a cero, así comenzó a poner en práctica nuevos recursos, métodos y estrategias para desaprender todo aquello que sentía que la limitaba. “Decidí reinventarme”, nos cuenta. “En pocas palabras, sentí que la única opción que tenía era vender pañuelos para la gente que lloraba, en lugar de sentarme yo a llorar”.

En ese preciso momento relata que recibió uno de los mejores regalos de su vida: una invitación para participar en el programa de la OIM de fortalecimiento empresarial para Migrantes. “¿Quién lo pensaría? En un país extranjero que se diera apoyo a quienes veníamos de otro lugar…” Para la fisioterapeuta no sólo fueron los conocimientos gerenciales que aprendió sino que para ella y su emprendimiento lo que dejó una gran huella fue el reconocimiento ante sí misma de sus valores, capacidades y cómo fortalecer su visión de cuidado hacia otros seres humanos a través de las mentorías.

Lo que OIM me estaba proporcionando  fue  mucho más que sacar cuentas u organizar. “Gané en fortaleza y valoración personal en un momento muy complicado para mi ”, nos dice, “pero  lo más importante, es que gracias a ello logré cada día  ser mejor empresaria, madre, hija, esposa,  y mejor persona para brindar a cada uno de mis clientes lo mejor que tengo”.  Y continúa: “las mentorías  me aportaron  tantas herramientas valiosas que parecían especialmente hechas para mí,  y esto siento que me hizo mejor persona, y  con cada cliente me propongo esforzarme al máximo para que  puedan sentir  que tomaron la mejor decisión al escogerme como su terapeuta. Sé que  no sólo los ayudo a recuperar una lesión sino que también  busco  ayudarlos desde lo humano, como la vida me ayudó a mi desde que llegué a este maravilloso país”.  

Hoy Therapy Dec sigue creciendo no solo en clientes sino generando puestos de trabajo para que más personas mejoren  su calidad de vida.